Una cosa es mirar y otra es ver… si tiramos del hilo descubriremos que aparecen más y más elementos y cómo se vinculan entre ellos. Veremos que no todo lo que existe se ve y se toca: hay realidades difíciles de captar. Encontrareis aquí algunas propuestas que invitan a los niños y niñas a tener una actitud de observadores activos y así descubrir que hay mucho más que lo que podemos ver a primera vista.
TIRANDO DEL HILO… ¿QUÉ VEO?
No es lo mismo mirar que ver: hay más que lo que vemos a simple vista. Se puede entrenar la visión más y más, de la misma forma en que uno se entrena en el correr. Cuanto más se mira, más se ve… Siempre “hay más¡!”… Interesarse por la realidad, por los demás, por todo, es algo que puede no tener fin: siempre se puede continuar indagando, se puede ir más allá, ver más, captar mejor…
Las siguientes propuestas desean invitar a los niños y niñas a mantener una actitud activa en la observación de la realidad, una actitud que les ayude a descubrir que «hay más» que lo que vemos a primera vista.
Objetivos
-
Predisponer a descubrir que hay más de lo que se ve a simple vista.
-
Favorecer la toma de conciencia de que hay realidades difíciles de abarcar.
-
Descubrir que todo existe en interrelación e interdependencia, la íntima vinculación de múltiples realidades.
Todo lo que se nos pueda ocurrir en la dirección de trabajar los sentidos, de acrecentar la sensibilidad, dotará a los niños y niñas de un instrumento más capaz de percibir y de establecer una relación de calidad con lo percibido. Podremos ir constatando que, a medida que nos fijamos y conocemos algo, descubrimos más detalles, más aspectos. Una afirmación que vale para todos los sentidos, para la percepción y la comprensión a todos los niveles. Cuanta más variedad de propuestas tengamos a mano más fácil será poder insistir en la práctica sin repetir. Ofrecemos aquí algunas posibilidades.
Actividades
1. ¿QUÉ HAY AQUÍ?
Cualquier realidad, pequeña o grande, encierra algo que no se aprecia a simple vista… Siempre hay más. Cuanto más atención prestamos, más podemos darnos cuenta de que no todo se ve y se toca.
Estas actividades nos pueden ayudar a distinguir entre «mirar» y «ver». No basta echar un vistazo para ver, ni mirar sin atender. Mirando con atención, fijándonos bien en algo… podremos VER.
Ante una fotografía lo suficientemente grande para que pueda ser observada por todo el grupo, haremos una lista de todo lo que vemos. Y a continuación, la lista de lo que hay y que no vemos. Por ejemplo:
Una fotografía de un paisaje con gente, o personas en algún lugar:
-
¿Qué hay?: árboles, piedras, nubes, casas, personas…
-
Observemos con más detalle: el tronco, las hojas, las ventanas, las puertas, el pelo …
-
¿Es todo lo que hay? ¿No os parece que hay cosas que no veis?
Entonces pueden ir surgiendo elementos relacionados con los otros sentidos:
- Si pudiéramos oler, notaríamos olor a….
- Si pudiéramos escuchar, oiríamos el ruido de….
- Notaríamos el aire..; sin aire nada estaría vivo…
- ¿Qué más notaríamos? ¿El frío, el calor, las estaciones?
- ¿Vemos las raíces de los árboles? ¿Están ahí?
– Y si se ven expresiones en las caras: alegría, tristeza, amistad, palabras, ideas… Todos esos elementos, ¿están en la foto? ¿Los vemos de la misma manera que distinguimos árboles o casas?
Más aspectos:
-
Si la fotografía es diurna: ¿vemos las estrellas? ¿Dónde están las estrellas?
Podemos ir elaborando una lista, animando a que aparezcan más y más aspectos «invisibles».
Se podría acabar la actividad dibujando algunos elementos de los que no se ven y, al final, colgar la fotografía acompañada de los dibujos.
Otras propuestas
Cualquier situación puede ser una oportunidad para afinar la mirada, para aprender a fijarnos, para ensanchar las orejas, poner a trabajar la nariz, la piel, …el corazón.
Cualquier situación compleja que estemos presenciando, ya sea físicamente, o ante una fotografía, o con la imaginación:
- La gente en una plaza
- Un bosque
- Un hospital, un mercado, un autobús, una casa…
- …
- ¿Qué vemos? (Primera mirada)
- Y si nos fijamos bien, ¿qué vemos? ¿Aparecen más aspectos, más detalles? ¿Descubrimos más cosas, más situaciones?
Ante unas hojas de árboles (a lo mejor en relación a alguna actividad sobre el otoño)
Observar las hojas e ir comentando lo que se ve y lo que no se ve.
Colores, formas, olores, tacto… Los aspectos físicos serán los primeros en aparecer, pero podemos ir tirando de la madeja estableciendo relaciones con: los árboles, las estaciones, el frío, la hoja joven, la hoja verde, la diversidad de formas, los frutos…
Constatar la diferencia entre lo que hemos visto en un primer vistazo y todo lo que hemos ido descubriendo a medida que observamos, a medida que nos fijamos… Alguna vez podemos acabar con un comentario del estilo de: «Quién lo iba a decir, fíjate tú cuántas cosas hemos visto…»
2. ¿QUÉ HAY DETRÁS DE…?
Vamos a ir “tirando del hilo”… Mirar para ver es como ir tirando de unos hilos invisibles que no tienen final: podemos ir tirando del hilo… y siempre aparecerá algo más, siempre “hay más”, la realidad es más… Así poco a poco, nos vamos familiarizando con la idea –con la percepción– de que por mucho que sepamos, por mucho que hayamos visto, la realidad nunca dejará de ofrecernos novedad: es rica, compleja, los matices no se agotan, las caras que ofrece, las dimensiones, tampoco. Al tiempo que descubrimos que toda realidad está estrechamente vinculada con muchas otras. Y así, ese ir “tirando del hilo” va llenando de significado y de valor aquello que observamos.
Incluso mientras explicamos la actividad podemos ir representando gestualmente ese “ir tirando del hilo”, con esfuerzo, delicadeza, insistencia, tirando y tirando; como una forma de plasmar en gestos que cuando miramos algo, si estamos plenamente activos es como si estuviéramos tirando de unos hilos invisibles que nos permiten ir más allá de las simples apariencias.
Por ejemplo, ante un trozo de pan (o una fotografía de un pan)
-
¿Qué vemos aquí? ¿Qué hay? Lo que se ve y lo que no se ve. La corteza, la miga, formas, olores y colores de lo que vemos.
-
Pero ¿qué más hay, aquí? Tiramos del hilo invisible y ¿hacia dónde nos lleva? El trigo, la siembra, los campos, los trabajos agrícolas, la harina, el panadero, el agua, la levadura… ¿Quién pudo tener la ocurrencia de hacer pan? La sabiduría de las generaciones, el alimento, el hambre, la necesidad de comida…
-
Tras la conversación, la contemplación. Les invitaremos a quedarse unos momentos en silencio ante ese pan, «mirando» todo lo que ha aparecido… sin prisas, lo que pueda dar de sí esa mirada contemplativa, sin caer en la dispersión. Se podría acabar haciendo pan, o alguna figurita con pan, o… sencillamente ¡olerlo y comerlo!
Puede ser un buen momento para saborear el siguiente poema de Pablo Neruda (de la obra Hablando en la calle): leerlo, dibujarlo, copiarlo, colgarlo…, u otro poema que pueda resultar sugerente:
Y en el pan
busco
más allá de la forma:
me gusta el pan, lo muerdo,
y entonces
veo el trigo,
los trigales tempranos,
la verde forma de la primavera,
las raíces, el agua,
por eso
más allá del pan,
veo la tierra,
la unidad de la tierra,
el agua,
el hombre,
y así todo lo pruebo
buscándote
en todo.
(Pablo Neruda)
La imagen de tirar de esos hilos que nos permiten descubrir lo que hay “detrás de…” puede resultar de ayuda cuando queramos invitar a los niños y niñas a ejercitar la mirada atenta e indagadora. La propuesta puede repetirse en momentos variados, o ante diversidad de imágenes: una carta, un/a deportista saludando triunfante, un concierto, un pastel de cumpleaños, un regalo…
Para los más pequeños las realidades pueden ser más concretas: el pan, una manzana, una cereza un huevo, una llave, un niño, una niña…
Ante cada imagen o elemento podemos estimular la conversación con preguntas como éstas:
¿Qué ves?
Si tiramos del hilo… ¿qué hay detrás de…?
¿Las cosas son sólo lo que vemos?
Después de tirar del hilo, ¿ha cambiado algo en eso que estamos mirando?
Procurando no aburrir, cuando la conversación ya no dé más de sí, no insistiremos. Lo dejamos.
La cuestión es aprovechar las oportunidades que se nos presenten para habituar a la percepción, a la conciencia, a estar en contacto con una realidad que es rica, compleja, en permanente interrelación, con “grueso”, con dimensiones, con matices, con mil caras… inagotable por más que la conozcamos.